lunes, 29 de octubre de 2007

Mucha mucha policía

De vueltas con la comisaría a ver quien es el glorioso artífice de traernos a los cincuenta agentes que según Joaquín “Castaña” están dando vueltas por la Región esperando a que tengan un local. Y este otro concejal, Ortega, el que vela por nuestra seguridad aunque con una condena por acoso laboral sobre las costillas, saliendo al paso y culpando al Gobierno de España. Por cierto que “Castaña” ahora sigue las reglas y ya no habla de “Joséluisrodriguezzpatatero”, así de carrerilla, sino tal cual del Gobierno de España. Otra infructuosa pelea mediatica por ver quién es más español de todos.

Y me remonto a la época pre-electoral y recuerdo aquellas promesas de casi todos los candidatos hablándonos de la seguridad ciudadana. Así que hago recuento y a los cincuenta agentes de la Policía Nacional se sumaban los ya existentes en el cuartel de la Guardia Civil, más la Policía Local que va incrementando el número de efectivos y, atención, los famosos serenos con gps que proponía el centrista Vergara. Vamos que como no hice la mili no se los efectivos de un batallón, pero así a bote pronto nos metemos en más de doscientos encargados de velar por nosotros.

A mi Cieza me parece un pueblo con cierto grado de delincuencia menor: ya sabes, pequeños robos y agresiones, salvo expcepciones de gente que se le va la pinza y hace lo que nadie pensamos que somos capaces de hacer. Y ante tamaño contingente prometido hace meses, uno comprueba ahora que de la misa, la media y que estamos como antes, más o menos, policía arriba, policía abajo y por tanto ni más seguros ni menos delitos. Eso si, el panorama político calentito en busca de la medalla al mérito policial, el personalismo político por ver quién es el artífice de la instalación de la comisaría. Luego, si ésta llega, pasaremos a pelearnos por ver quién consigue formar a los serenos con “gepeese”. Así que como el bueno de Sabina decía...”mucha, mucha policía”, pero pocas políticas preventivas, un deficiente servicio asistencial, un olvido político de las condiciones de vida de la población inmigrante, y una falta de apuesta social por los menos favorecidos con programas de formación e integración y políticas que vayan hacia la reducción de las diferencias culturales, económicas y sociales. Y todo esto con comisaría o sin ella, seguirá, lamentablemente, igual. Eso si, el DNI nos lo harán en el día. Igual hasta hay peleas por ser el primero en renovarse el carnet con la prensa delante fotografiando el importantísimo hecho. Y si no al tiempo.

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