lunes, 2 de julio de 2007

La heridas abiertas de Garcia-Gasco


Leo en El País y en otro medios (elplural.com y algunos "blogs") que en el obispo nacionalcatólico, "Sonseñor" García-Gasco está propulsando la construcción del que será Parroquia Santuario de los Beatos Mártires Valencianos cuyo fin será honrar la memoria de los valencianos muertos en la Guerra Civil. Muchos de éstos ya fueron beatificados por Juan Pablo II en 2001 en su polémica visita a Valencia en la que el Ayuntamiento invirtió una importante cantidad de dinero público con la estúpida excusa de que aquello era un evento que promocionaba la ciudad.

El Papa en aquella ocasión manifesto que estos mártires eran un "modelo de coherencia para nosotros con la verdad profesada, a la vez que honran al noble pueblo español y a la Iglesia".

Digo yo que está bien que Su Santidad nos libre de los accidentes, pero que tengamos que sentirnos honrados todos los españoles con sus beatificaciones como que no ¿o si?.

Leyendo más sobre la cosa del templo descubro que el Ayuntamiento, que colabora en la construcción de la Parroquia Santuario, pretendía construir unos nichos para ampliar el cementerio de Valencia encima de una zona donde está documentada la existencia de una fosa común donde yacen más de 28.000 cadáveres pertenecientes a civiles caidos durante la ocupación franquista de Valencia. Se ha tenido que recurrir a la justicia para conseguir una paralización cautelar de las obras.

Una y otra noticia contrastan ahora que tanto se habla de la Memoria Histórica. El argumento de "no abrir viejas heridas y atender al espíritu de consenso de la transición" esgrimido por el PP durante el debate de la Ley, no parece que sea cierto en la práctica cuando a unos se les construye un monumento, tal cual Valle de los Caídos, y a otros se les pretende re-sepultar poniendo encima más muertos (aunque estos no sean caídos a balazos) para arrinconarlos en el olvido, en la desmemoria, en la oscuridad de los tiempos.

Mientras, los mártires del noble pueblo español serán venerados por turistas y no turistas que seguirán creyendo que en aquella Guerra Civil los vencedores fueron justos y los vencidos justamente aniquilados. Lo merecían ¿no?. Me pregunto yo que con la construcción de semejante templo cuántas heridas se les abren a los familiares de los 28.000 cadáveres que se hacinan en una fosa común de un rincón del cementerio de Valencia. Por lo visto, unas heridas siguen valiendo más que otras.

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