sábado, 18 de octubre de 2008

El hombre anuncio

Vallecas es ahora un barrio de contrastes. Al sur, sobre todo, ha mejorado en los últimos años gracias en parte, a los colectivos sociales que reivindicaron condiciones de vida más dignas. Me cuentan hace años toda la zona era una chavola con otra que habitaban emigrantes andaluces y extremeños en su mayoría. Hoy, más al sur, se construye en el ensanche de Vallecas zonas de ocio como la de la Gavia donde camparan por sus fueros "mercadonas" y centros comerciales para consumir más y mejor.

Sin embargo Vallecas no deja de ser un barrio de emigrantes y aunque digan que no, existen todavía algunas zonas de chavolas, edificios ruinosos ocupados esta vez no por españoles del sur sino por latinoamericanos y rumanos mayoriariamente aunque uno puede encontrarse personas de decenas de nacionalidades.

Tengo de vecinos a dos familias de rumanos bastante numerosas. Conozco a uno de ellos, Vlade, un hombretón de unos cincuenta años que después de vivir en Italia acarreó con la familia a España. Él es hombre anuncio en Sol donde por setecientos euros al mes pasea anunciando la compra y venta de oro de una joyería. Por la noche regresa a casa dónde le esperan su familia. Su sueldo sirve para pagar la vivienda que ocupan junto con otra familia rumana.

Vlade es hombre-anuncio, pero ahora Gallardón ha decretado que su trabajo no es digno, Y puede ser. Tampoco lo son aquellos que son explotados por las ETT´s trabajando sin convenio colectivo (salvo el de las propias ETT´s) diez o doce horas al días por menos de lo que le pagan a Vlade, pero éstos no "contaminan" la apariencia de la Puerta del Sol. A todo esto, la ordenanza no va exclusivamente en contra de los hombres-anuncio, sino de la publicidad de comercios, de los luminosos y los carteles anunciadores. Así Gallardón y la concejala responsable de la cosa publicitaria, la Sra. Botella, han igualado la dignidad de Vlade con un luminoso de una farmacia. ¿Quiénes son esta pareja para calibrar la dignidad de nadie?.

Vlade es hombre-anuncio, como Fernando Alonso, por ejemplo, y no tengo yo nada en contra del "Nano" (¡puxa Alonso!). Hoy me topé con Valde y Marius en la puerta de casa apurando el culo de unos botes de cerveza con unos amigos. Están preocupados porque los setecientos euros que sirven para pagar el alquiler no van a entrar este mes a la economía de su comunidad-familiar. Me preguntan si es más digno irse más al sur de Madrid y construirse una chavola y si lo que realmente le importa a Gallardón es quitar de la vista aquello que molesta antes de proclamar su ansiada Madrid olímpica. Yo no sé que contestar porque la pregunta me la hacen como si fuera el mismo Gallardón. Supongo que han de soltar la rabia como pueden.

Es posible que se trasladen sabe ¿Dios? dónde. Es posible que terminen mendigando e incluso robando alguna cartera. Quizá asalten los contenedores de Alcampo para buscar alitas de pollo y yogures caducados. Lo que no les arrebatarán jamás es la dignidad, por mucho que Gallardón considere que llevar colgado un anuncio es indigno. Mi alcalde, que no el vuestro, parece ser sensible a estas cosas, pero no parece preocuparle el futuro de Vlade, ni de Marius, ni de tantos hombres-anuncio, ni tan siquiera el de los estudiantes que se pagan lla carrera trabajando de una ETT a otra. Lo que si le debe parecer más digno son las derrapadas de Fernando Alonso por la Castellana aunque luego salude con su mono plagado de publicidad. A fin de cuentas lo que le pagan por llevarlas si debe ser suficiente para medir su dignidad.

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