lunes, 31 de diciembre de 2007

¿Qué plan tenemos?

A mi hay cosas de la política que me causan vergüenza (ajena, desde luego). Aún recuerdo aquel pleno que se celebró a falta de seis horas para el cierre de campaña electoral en el que se congregaron, a toque de corneta y prietas las filas, toda una serie de promotores, nuevos ricos, todos ellos ávidos de lucro, que "empancartados" intentaban acallar, a golpe de billete de 50 euros, a todo un movimiento ciudadano que gritaba "Cieza No Se Vende". De aquel pleno,(Has)Tamayo salió bajo gritos encontrados de ¡viva el alcalde! e !imputado!.

El cuadro tenía un marco polémico: el Plan General de Ordenación Urbana que supuestamente se aprobó ese día (de ahí los aplausos de los promotores que se calentaban las manos pensando que el negocio estaba cerrado). Al cabo de unos meses, el Plan volvió a Pleno porque al parecer aquel famoso día no se aprobó nada. Y marchó hacia Murcia con informes técnicos en contra, para, después de otros cuantos meses, volver al Ayuntamiento con un dictamen de suspensión. Al parecer hay que rectificar casi todo porque como algunos decían desde hace mucho tiempo, el plan tiene tal cantidad de disparates que lo hacen materialmente insostenible.

Todo esto demuestra dos cosas; la primera de ellas es que el PP durante cinco años ha sido incapaz de sacar adelante un plan general de urbanismo con una sobrada mayoría absoluta y con el gobierno regional del mismo signo político, por lo que hay que descartar alguna oculta "vendetta" política. El plan no se ha aprobado todavía por la incompetencia de quien gobierna y punto. Que no me vengan con el cuento de que si la oposición hace una labor obstruccionista y no se que "leches" más. Aquí veintiuno menos trece son ocho, y por mucho que digan los ocho, trece son más y tienen todo el poder en sus manos para hacer y deshacer. La segunda de las cuestiones que queda demostrada es consecuencia de la anterior: en Cieza el ladrillo seguirá estando por las nubes porque la falta de suelo hará que los precios se mantengan o incluso suban, se obstaculizará la posibilidad de crear nueva vivienda protegida y muchos tendrán que seguir cogiendo el coche a las tantas de la mañana para ir a trabajar en la obra a kilómetros de distancia de su casa.

La conclusión de todo es que este gobierno miente. Pero miente a conciencia, a sabiendas que las cosas no son como se escuchan en los medios de comunicación afines. Mienten a los ciezanos y mienten a los promotores que me temo, todavía confían en que un "milagro" les haga volver a tener la esperanza de tener los bolsillos repletos de billetes de quinientos. Lo que ocurre es que de momento no tenemos plan, ni tan siquiera "plan b". Estamos, por decirlo de alguna manera, "aplanados", mientras el castillo de ladrillos y cuantiosos beneficios se desmorona ante la actitud codiciosa y lucrativa de quienes se erigieron aquel viernes de mayo en defensores del pueblo. Lo que mi chacha me decía: nene, nadie da duros a cuatro pesetas. Ya me entiendes, ¿no?

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