miércoles, 25 de abril de 2007

Leyes de Murphy

Hace unos días me dió por “eso” de internet ya que tenía que documentar un trabajo. Por cuestiones del azhar topé con las Leyes de Murphy y me detuve un rato a leerlas. Conforme progresaba en la larga lista de corolarios y replicas de otros ingeniosos autores, me iba dando cuenta de que muchos de los principios allí expuestos eran aplicables a la situación política local. A saber. Siempre es más fácil hacerlo de la forma más difícil : verbigracia, el Plan General de Ordenación Municipal, sin aprobar aún con la mayoría ansoluta del PP. Sigo. Todo lo que empieza bien, acaba mal. Todo lo que empieza mal, acaba peor. : que se lo digan a D. Antonio Tamayo que de la alegría de hace cuatro años ha pasado a la tristeza actual acorralado en los pasillos de la justicia. Venga, más. Si una serie de sucesos puede salir mal, saldrá mal en la peor secuencia posible. : bueno, esto me recuerda al desastre de las obras de la calle San Sebastían, la calle de los pilones reacios a quedarse en su sitio; cada día hay que echarle un pegote de cemento a los que se despegan. Otra, otra. Nada es tan malo nunca como para que no pueda empeorar : “¡joder, la que se nos viene encima!” pensará el gobierno municipal ante las diligencias previas abiertas y por abrir por parte de la fiscalía. Venga, va, la última. Ésta para dar ánimos: Si se encuentra bien, no se preocupe. Se le pasará . O sea que tranquilo, D.Antonio, que solo le queda (Has)Tamayo.

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