domingo, 9 de noviembre de 2008

De fosas, muertos y olvidos

Leo en la Ley 53/2007:

1. El Gobierno, en colaboración con todas las Administraciones públicas, elaborará un protocolo de actuación científica y multidisciplinar que asegure la colaboración institucional y una adecuada intervención en las exhumaciones. Asimismo, celebrará los oportunos convenios de colaboración para subvencionar a las entidades sociales que participen en los trabajos.

Leo en varios periódicos:

....el acuerdo del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de paralizar la exhumación de todas las fosas comunes de la Guerra Civil autorizadas por el juez Baltasar Garzón.

Me topo con un artículo de "El día de Córdoba":

Un libro del historiador Francisco Moreno Gómez, que será publicado en otoño, asegura que sólo en la capital fueron asesinados 7.000 vecinos cuyos restos no se sabe dónde están

Leo todo esto y no entiendo nada. Se promulga una Ley que no se cumple porque los jueces lo impiden al tiempo que siguen saliendo noticias de fosas, muertos, asesinados...

La discusión sobre la solución final franquista se termina con la solución final de la democracia: promulguemos una Ley para que no se cumpla, echemos encima de la tierra de los muertos anónimos generaciones de jóvenes que nada tengan que ver ni emocionalmente ni de ninguna otra forma con aquellos, que pasarán a ser restos arqueológicos, huesos desconocidos que fueron buscados por sus familias con el fin de hacerlos reposar en un lugar para visitarlos, venerarlos, engalanarlos con flores y poemas.

Y los que no vivimos aquello, pero queremos conocerlo para rendir homenaje a la dignidad de los que dieron vida a los huesos olvidados, nos desayunamos, además, con que nuestra Señora Reina que tantas veladas compartió con los Franco y que es reina por designio del Generalísimo, considera que el matrimonio entre homosexuales debería llamarse de otra manera, pero no matrimonio. Y ahora mi pregunta, Su Majestad, ¿Y cómo se debería llamar a la ignominia de olvido de aquellos que fueron asesinados por su mentor o por el mentor de su esposo, ahora Rey de todos, incluso de los maricones y bolleras?. La moralidad real parece tener distinto rasero para según que cosas y hay leyes que se hacen para no ser cumplidas. Mientras, la rabia se contiene, el dolor se atenua y el olvido se torna en una victoria aún mayor para los que la ya la tuvieron y para los que hoy se esconden en argumentos vacíos mientras canonizan monjas y curas víctimas de una guerra que los vencedores comenzaron.

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