domingo, 2 de septiembre de 2007

Otra fiesta más

Se acabó la Feria. Hemos sobrevivido a otra más. Mira yo que no quiero ser derrotista, pero es que debe ser cosa genética esto de quejarme por todo.

La Feria de este año me ha aclarado algunas cosas. Por ejemplo que para este Ayuntamiento hay estrellas y estrellados o dicho de otra manera, hay quienes tienen en beneplácito de las arcas municipales y hay quienes quedan relegados, si cabe, a las migajas.

Más. Que la Feria no es tal. Se trata de fiesta pura y dura que no la planifica el consistorio sino que pertenece a las gentes del pueblo que colmatan cualquier actividad sea cual sea. Si hay que escupir huesos, hacer arroz y conejo o gachamigas da igual....cualquier excusa es buena para salir, tomarnos unas cervezas y vivir alegremente los últimos días de agosto.

Todavía más. Las caras largas de nuestros dirigentes y peloteros mantenidos por ellos que a poco que alguno de los que hacen este preriódico aparecen por sus “universales eventos” han de mirar de reojo. Y digo yo que que entre tanta fiesta tampoco está de más que haya gente que diga cosas diferentes a las que todo el mundo grita a los cuatro vientos entre cogorza y cogorza. Vamos que eso de la libertad de expresión suele interpretarse como una mala actitud hacia el pueblo cuando el discurso parece disidente, radical o cuantos calificativos políticamente incorrectos quieran incluírse en la lista oficial. Y me pregunto yo por qué entre tanta fiesta y regocijo etílico no ha cabida al humor. Qué menos que reirse de uno mismo y pasarlo bien con los demás.

Y finalmente el poco estilo y saber estar de algunas personas, concejales y no concejales. Hay momentos en los que la boca ha de mantenerse discretamente callada, no por nada especial, sino por aquello que mi madre me decía: “mon fils, sois discret”. Vamos que un poquito de educación, en la mayor parte de las ocasiones inherente al cargo no vendría mal a algunos. Seguramente lo de la “educación para la ciudadanía” creo va más o menos de esa guisa. Y es que, por ejemplo, no es la primera vez que desde una solemne y sacrosanta procesión algunos de nuestros ediles señalan con el dedo a los asisitentes soltando alguna soflama con poca gracia. Recuerdo a una reportera de Eva Hache que decía algo así como que cuando algún político tiene poco sentido del humor suele mostrarse poco o nada acertado en sus gracias públicas. Vamos que la capacidad de improvisación es directamente proporcional al grado de “sosez” del individuo. Y es que las mentes cuadriculadas, estratificadas, cerradas, encasilladas, poco imaginativas suelen pasar factura a su poseedor. Pero bueno, como de empacho van bien, pues todavía queda barriga para sacarla, y “cuanti-más arrogante” mejor, que para eso son autoridad o, en grado menor, autorizado por la autoridad. Seguramente no me entiendes, pero mira, es que estoy de resaca y encima de camino para “los madriles” a enfrentarme a la cruda realidad de mis exámenes pendientes.

A ver si se anima el cotarro que me consta que mis admiradoras están deseosas de que recupere mi inspiración semanal. Creo que a alguna incluso le robo las ideas. Y es que de modestia últimamente voy mal también. A ver si alguien me baja los humos. Espero, por mi bien que no sea el cenutrio de mi profesor.

No hay comentarios: