sábado, 28 de febrero de 2009

La explicación a la crisis

El otro día asistí a una charla en la Complutense de un erudito profesor de economía que bajo el título "Crisis o recesión: causas, efectos y futuro" pretendía explicar qué es exactamente lo que está pasando con la economía de los países. No diré el nombre del ponente para no hacerle mala publicidad.

Y digo eso porque en realidad salí más confuso que entré. Confieso que esto de la economía y de la macroeconomía (que es un concepto que yo nunca había entendido y sigo sin entender) como que no me va demasiado, pero pensando en que la cosa va para largo y que uno pretende saber algo de casi todo, me esfocé en no bostezar demasiado y sacar algunas conclusiones que me dieran claves entendibles de lo que luego oígo por los altavoces de las radios y televisiones.

No me voy a prestar a hacer una síntesis a modo de crónica (macabra) de la conferencia, pero el caso es que el hombre empezó a hablar con tecnicismos que provocaron en mi una desesperación para levantarse y salir corriendo, pero al menos intentaré dejar claras las cosas que nunca tendré claras

Yo siempre había oído hablar de la inflación y cuando sacaban las cifras con gráficos en los telediarios me fijaba que se decían pestes cuando ésta estaba alta. Ahora resulta que no está tan alta como antes, por lo que deduje que debía ser un dato económico positivo (dado que lo que se consideraba negativo es que estuviera alta). Pues no, mira tú, que si la cosa es muy baja se entra en un estado de "deflación", que eso jamás de los jamases lo había oído nombrar. Bueno pues al parecer, en palabras de este digno conferenciante, esto es peor que la inflación. La deflación es la inflación en negativo, que viene a ser más o menos que todo vale una puñetera mierda, es decir que las cosas bajan de precio porque nadie consume ni las demanda. Lo peor es que los augurios de este tipo son que o se baja el precio del dinero, que al parecer eso es lo que han pretendido hacer bajando los intereses, o en el peor de los casos, que es hasta posible que se bajen los sueldo, atención, para que haya más inflación. Y aquí es donde uno ya se pierde, porque eso hace un par de años era como un demonio para la economía.... ¡que sube la inflación!... y todos a bramar contra el gobierno. Ahora parece que la inflación es la solución a la cosa de la crisis.

Luego hubo una parte que si entendí porque me parecía más cercana. Al parecer el orígen de esta crisis es que los bancos se dedicaron a porner en manos del mercado especulativo lo que se llama "capital de riesgo" (que es algo así como dinero que te lo dan por el morrillo y sin condiciones, pero ojo como no lo tengas cuando te lo pidan) y en aras de eso que se llama libremercado todo el mundo pensaba que se regularizaría por si mismo, algo que por lo visto no ha ocurrido. Y es en este punto donde el conferenciante le dio un toque humano a esto de la crisis diciendo algo así como que la avaricia del hombre es insaciable y que ese es el auténtico cáncer del libremercado. Mira tú, ahí, cuando la cosa empezó a ponerse sentimental es cuando esto de la crisis me pareció tener cierta lógica, pero me topé con la contradicción de que la solución a todo esto era un intervencionismo del estado para regular el sistema financiero y que no se fuera de nuevo de las manos. Y claro surgieron ahí preguntas sobre las nacionalizaciones de la banca y el socialismo y estas cosas demoníacas que iban en contra del progreso de la humanidad y de los países y sobre todo de la riqueza de las empresas que son las que generan empleo y de nuevo me perdí en la macroeconomía y en las cifras desmesuradas y en el maremagnum ideológico, hasta el punto de que el propio conferenciante se subió a los altares de la palabraría incomprensible y terminó por hacernos la picha un lío a todos.

Así que salí de allí con la conclusión de que ni los expertos tienen soluciones ni que las denostadas políticas intervencionistas, estatalistas tachadas antaño como el diablo rojo con cuernos y rabo son tan malas para el progreso de los países. La diferencia es que al parecer estas son buenas cuando los ricos ganan menos, pero cuando especulan, roban, estafan a hacienda, piden flexibilización del empleo y menos presión fiscal, vamos cuando se apestillan de pasta hasta el culo, son malas y hay que dejarlos hacer hasta que su avaricia vuelva a meternos a todos, los primeros a nosotros, los pardillos de a pie, en la mierda del desempleo, las penurias para llegar a fin de mes y en las comidas de patatas con sardinas. Y luego, en las elecciones el voto para el que más dé y menos pida. Y claro, así nos va, enfollascaos con la puta crisis. Por cierto, si Zapatero dijo que quedaba un año, este señor conferenciante coincidió conmigo en que al menos, la cosa va para dos o tres.

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