sábado, 28 de febrero de 2009

Estados de ánimo

Mi periplo Madrid-Cieza-Madrid se escribe con decepciones entre los guiones. Cuando salgo de aquí (Madrid) lo hago con ciertas ganas de llegar al pueblo, estar con mi "chica de ayer" (hola guapa) y reunirme con los colegas para tomarnoslas entre risas.

Sin embargo el desánimo se nota en las calles, en las conversaciones con las vecinas de mi tía Manoli, incluso en mi hermana y su novio que viven en la "Luna de valencia". A las gentes se las nota preocupadas. Para una mayoría la culpa es de Zapatero que les ha robado la sonrisa, otros braman contra (HAs)Tamayo y el sinfín de promesas que dijo nos harían diferentes arengados por ese patrioterismo ciezano de los promotores y especuladores que eran los que mayor tajada iban a sacar. Ahora me cuentan que andan cabizbajos y que por el ayuntamiento ni aparecen. Hace unos días no-sé-bien-qué-ilustrado experto en economía decía que lo de la crisis era "un estado de ánimo". ¡Vaya gilipollez!. La crisis no se produce por un cabreo colectivo de la peña más bien el cabreo viene por la crisis, ¿o no?.

Cuando salgo por Cieza la veo distinta, como más estrecha, encogida, paralizada por una ola de bonanza que una vez pasada ha dejado a las gentes perplejas. Lo que más se escucha es eso de "la cosa está muy mal" y claro, uno ya no viene con esa alegría de antes en la que los sábados tronaban los choches-bakala tuneados de arriba a abajo. El fin de semana es anodíno, no hay dónde ir, los bares de copas son cada vez menos y terminas en algún campo de algún amigo después de comprar bebida en cualquier tienda-abierta-hasta-el-amanecer. Las otras opciones es pirarte carretera y manta a Murcia, eso si, cuando haya algo de pasta extra.

La vuelta a Madrid no es más alentadora. ¡No llueve nada por allí!. Aquello está helado, no ya por las nieves caídas, sino por el tufo de ESPE (Entramado Social de Para-Espionaje) Aguirre y sus secuaces. Si Murcia, en general te da mal olor de corruptelas, Madrid es una cloaca que canta desde aquellos días de elecciones repetidas y transfugas. Y encima salen en la tele todos apoyando a Rajoy, tras él, haciendo de decorado, pero cada uno con el hacha escondida en las traseras.

Desgraciadamente nadie conoce a nadie, o mejor nadie se cree nada de nadie. Zapatero pide paciencia y sacrificio, a lo Obama. Rajoy argumenta que todo es una trama y se queja de las filtraciones a la prensa. Quizá olvida los tiempos en que se filtraban los sumarios al diario "El Mundo" cuando el buen-Garzón de entonces (malo, muy malo ahora) sacaba las vergüenzas de la financiación ilegal del PSOE.

Así que entre tanto espectáculo, TVE nos regla la esperanza del buen monarca que tuvo un día malísimo hace unos años con el golpe del 23-F, y así con todo el morro, se hace propaganda del Estado para afianzar las estructuras básicas de este sistema, haciéndonos recordar que aunque las cosas estén mal, aquello eran tiempos mucho peores.

Y es que en mi periplo Madrid-Cieza-Madrid, los guiones se escriben con decepciones y son demasiados kilómetros para pensar en que algo está cambiando. Por más que uno quiera, el desánimo te aparece en el compañero de viaje "que chaval, ¿estudiante no?, pues dale a los libros que la cosa es que está muy mal". No se preocupen, un día de estos sale el Rey, coreado por la ejecutiva del PP, Zapatero y Garzón y nos dice que ha ordenado que la crisis se ha acabado y que se restrablece el orden especulador. Y vuelta a empezar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Estados de ánimos" no puede ser.
Es "Estados de ánimo".